Las guerras de los robots

Uno de los temas recurrentes de la ciencia ficción es la robótica, la inteligencia artificial y el uso de estos robots para diversas tareas, incluida el hacer daño a otros robots o a humanos. Asimov creó las leyes de la robótica precisamente por el miedo a que esto ocurriera, Blade Runner basa su trama en robots que se rebelan y atacan a humanos y que coño, toda la paranoia del año 2000 iba de esto también. 
Desde el comienzo de la robótica ha habido un miedo social a que fuera algo que o bien escapara de nuestro control o bien fuera demasiado destructivo para nuestra supervivencia como especie. Los ejércitos y fuerzas de seguridad de todo el mundo llevan décadas desarrollando robots con los que cepillarse a gente más eficientemente y parece que ese camino es el más efectivo en esto de la guerra. Citando a Los Simpson: 
«Las guerras del futuro no serán en un campo de batalla o en el mar. Serán en el espacio, o probablemente en la cima de una montaña muy alta. En todo caso, la mayor parte de la pelea real será llevada a cabo por pequeños robots. Si te encargas de eso, recuerda que tu tarea será clara: construir y mantener a esos robots» 
(La guerra secreta de Lisa Simpson) 
Lo que no tantos autores parecen haber pensado es que las guerras y las batallas no son únicamente bélicas, en el sentido de matar o herir a gente o sitios. También son ideológicas y de información. En el cada vez más absurdamente globalizado e interconectado mundo en el que vivimos, la información lo es todo, porque con ella se consigue la opinión pública. Ahora mismo tenemos más medios de comunicación y vías para mantenernos en contacto que en cualquier otro momento de la historia, muchas de ellas inmediatas y fugaces. Estamos saturados de información por todas partes, el teléfono nos da acceso a todo y a todos a la vez, las televisiones y medios tradicionales se han tenido que poner las pilas para no hundirse y han adoptado el formato de la inmediatez, dando cobertura 24 horas a todo lo que pasa en el mundo. La información ya no es el cómo, es el cuándo. Ya no hace falta profundizar de verdad, hace falta dar la noticia lo antes posible y en todas las partes posibles. Y entonces es cuando han llegado los robots. 
Con toda la información que recibimos es cada vez más complicado contrastar algo, y aunque seamos completamente escépticos, algo queda. En este contexto lo que se convierte en importante para ganar la batalla ideológica no es el mensaje en sí, sino la repetición. Aquello de repetir mil veces una mentira, que algo queda. Y el problema es que los medios tradicionales, que deberían dar el contrapunto con más profundidad y algo más de objetividad son incapaces de hacerlo, primero porque son demasiadas noticias y declaraciones que atender, segundo porque las noticias largas en profundidad y sin titulares vistosos dan menos clicks y por lo tanto menos dinero. Se pierde así la capacidad de informarse adecuadamente de la última burrada que ha dicho el de aquel partido o el de aquel otro. Y es algo que los partidos políticos y otras entidades (CEOE, Empresas, Sindicatos,…) también saben. Con un titular impactante aunque falso se gana más que con uno cierto pero que interese poco. Total, casi nadie va a profundizar lo suficiente como para desmentirlo en serio. 
Javier Negre, uno de los «periodistas» que utilizan estos métodos, ha sido incluso condenado por inventarse entrevistas
Pero volvamos a los robots que me disperso del tema. Las redes sociales, principalmente Facebook y Twitter por su soporte principal de texto (aunque Facebook en teoría no lo sea) hacen que la expansión de la información sea exponencial con cada tuit o post, y sus algoritmos pensados para maximizar el que uno se quede en la plataforma todo el tiempo posible hacen que los bots, o cuentas perfiles falsos creados y dirigidos masivamente desde un mismo ordenador y que se hacen pasar por personas reales estén en auge. Hace poco Twitter se ha cepillado cuentas afines al PP de una sentada en el orden de las decenas de miles, y el ministerio de sanidad ha denunciado que están intentando hacer creer en Facebook que ellos usan bots para desacreditarlos. No es un caso aislado ni mucho menos, hoy en día en cualquier discusión política de twiter te encuentras un montón de cuentas creadas hace pocos meses, con pocos mensajes y poca interacción y siempre con una carga ideológica muy muy clara. Que hay cientos de miles de bots es una realidad. 
Claro, con esto twitter y Facebook han querido ponerse serios porque temen que la pérdida de credibilidad y de realidad que crean estos bots hagan perder masivamente usuarios a sus plataformas y están intentando encontrar y sacar de su red a esos bots lo antes posible. Esto es muy complicado, ya que no tienen por qué tener patrones similares entre sí e incluso es posible que haya cuentas de personas reales que muestren comportamientos similares a los de bots (porque usan poco la plataforma, porque solo la usan para política,…). De hecho hace poco twitter ha baneado cientos de cuentas de personas reales que se pusieron de acuerdo para hacerse pasar por bots que repetían un mensaje erróneo. 
Algunos de los primeros mensajes de la cascada de spam
Lo mejor que he podido encontrar para ilustrar el mensaje que llevo a centenares de cuentas a ser bloqueadas
¿Con todo esto qué quiero decir? Primero, que creerse la información que nos llega hoy en día sin más es bastante cándido, segundo, que las redes sociales son una forma de comunicarse muy buena pero también una forma cojonuda de enfangarse, tercero, que nunca se sabe si el que está al otro lado de la pantalla es una persona real o un robot. Y cuarto, que la batalla ideológica está en redes sociales tanto como en el parlamento y que se debe tener cuidado con ello. Y que bueno, más nos vale ir encontrando una montaña muy alta pronto.
Fuentes de las imágenes:
Prometo que no busco El Diario en concreto, es solo que es el primer resultado en google cuando te metes a mirar este tipo de cosas. Para compensar aquí dejo una noticia de Libertad Digital (aunque no es que sea un medio con mucha credibilidad, la verdad) en el que les acusa de mentirosos: https://www.libertaddigital.com/espana/2016-10-14/asi-miente-escolar-el-periodista-al-que-zapatero-regalo-un-periodico-1276584499/