![]() |
El inicio lógico de una bonita relación |
Me pasó el otro día viendo La Búsqueda (National Treasure en su idioma original), que es una película de aventuras y enigmas para adolescentes en el que el personaje de Diane Krueger se enamora del personaje de Nicolas Cage a base de que este último no le haga caso en absolutamente nada, haga que la secuestren y amenacen de muerte y ponga en riesgo su trabajo. Lógico y razonable. Excepto que es la cosa más forzada del universo. Y es un patrón que se repite en todas las películas de acción, de misterio y en otros géneros. Uno de los ejemplos más absurdamente evidentes es el de James Bond, al que le ocurre con múltiples mujeres a lo largo de su carrera. Aunque en el caso de Bond en muchas ocasiones es solo sexo, sin nada de amor de por medio (al menos desde el lado de Bond). Y es que esa es otra, hay veces que para evitar caer en el cliché de relación romántica sin venir a cuento se intenta sustituir por relación sexual sin venir a cuento y se obtienen resultados parecidos. Ni lo borrachos de discoteca a las cuatro de la mañana viven historias de sexo tan disparatadas y poco creíbles como algunas que salen en televisión o películas. Que parece que la gente no abandona nunca la adolescencia en esas películas.
Ah, el amor |
Y la pregunta es, ¿de verdad hace falta una trama romántica/sexual en absolutamente todas las películas? ¿Tanto contribuye a aumentar la audiencia meterla? Porque en muchos casos contribuye en general a conseguir un producto audiovisual de bastante menor calidad, porque ni se dedica el tiempo suficiente para que la relación tenga algún sentido ni se invierte ese tiempo en otra parte que podría darle más chicha a todo el asunto. Y es que claro, cuesta mucho hacer algo parecido a una relación realista en la pantalla, que es algo que a los libros les ocurre menos porque tienen más tiempo para explayarse, aunque a veces ocurra también. Y de ahí surge ese hijo bastardo de las relaciones interpersonales que es el amor romántico del cine. La relación que en un mes empieza, se rompe dos veces y se recupera con un gesto heroico y que lleva a una boda y a la felicidad eterna. El mundo real es mucho más complicado que eso y el amor romántico no sirve más que para dar mal ejemplo, porque representar una relación más realista, con sus altos y bajos, sus incompatibilidades y soluciones intermedias es muy, muy difícil. Incluso cuando se intenta hacer (normalmente para conseguir un cambio rápido en un personaje generalmente masculino) lo que se acaba consiguiendo es todo lo contrario: representar lo malo sin nada de lo bueno, de forma que parece que el personaje está atrapado en una vida insulsa y sin nada que merezca ser vivido en la que el espectador no entiende como pudo meterse.