Aplastar la biodiversidad en nombre de la propaganda

Esta entrada es más o menos una continuación de la del pádel y los frontones que puede leer aquí. Soy consciente de que esta absurda cruzada mía contra las pistas de pádel se me está yendo de las manos, pero es que cada nueva información que consigo refuerza mis ideas. Y sí, sé que las pistas de pádel son solo un síntoma de una enfermedad mucho más profunda y dolorosa, pero me sirven para explicarme. Pongamos como ejemplo las instrucciones para el uso de la pista de pádel que he fotografiado en el tablón de anuncios de mi pueblo (la parte que se ve mal es porque el cristal está dañado).

 Vayamos por orden:

  1. Lo primero es recordar que la pista está cerrada y hay que pedir la llave. Cualquiera con buenas intenciones podría pensar que esto se hace para que no se pierda tiempo intentando ir a jugar y encontrando la pista cerrada, pero yo, que no tengo buenas intenciones, no puedo dejar de destacar que la palabra llave está subrayada y “en el bar” también, que parece menos importante pero es que el bar es del ayuntamiento.
  2. Lo segundo es el precio. Podía haberse puesto en otro lugar e incluso podrían haberse explicado los motivos, pero en su lugar se ha puesto aquí y se ha remarcado que son CUATRO (4.00) €/hora.
  3. Lo tercero es avisar de que se controla con nombre a quién use la pista. Podría haberse hecho de otra forma que atentase menos contra la protección de datos, pero lo importante es que se sepa quién está en la pista y que quien está en la pista sepa que se sabe.
  4. La cuarta es, en mi opinión, la más absurda de todas y un buen argumento para los que decimos que esto se hace para mejorar la imagen y no para que se use (junto con el precio). Y es que los niños rompen cosas y no tienen cuidado, por lo que tienen que ir acompañados de un adulto. Que los adultos sean mucho más capaces de romper las cosas da igual. Que haya que pagar y por tanto los niños generalmente tengan que pedir dinero a sus padres por jugar da igual. Que el que los niños puedan divertirse cuando van al pueblo y por tanto quieran seguir viniendo y puede que incluso plantearse una mudanza en un futuro da igual. Lo importante es que esta gilipollez que, seamos serios, no ha pedido nadie y que el ayuntamiento ha hecho porque la UE suelta perras para ello y queda bonito no tenga unos costes de mantenimiento demasiado altos y se mantenga lustroso durante todo el tiempo posible para que las consecuencias a medio y largo plazo de haberla construido tarden más en surgir.
  5. La quinta y sexta son, esencialmente, lo mismo. Esto es para el pádel y nada más. Dios nos libre de utilizar una infraestructura pública para algo que el público quiera o necesite. Dios nos libre de intentar inventar algo nuevo, que luego hay que pagar los platos rotos. Dios nos libre de no jugar con unas zapatillas de 200€ compradas en el decathlon que luego rayamos la pista. Dios nos libre de probar y aprender a jugar a un juego con materiales no del todo óptimos, no sea que por el camino nos divirtamos.
  6. La séptima no creo que sea mentalidad política cortoplacista, si no simplemente mentalidad de político. Hacer un “uso responsable” significa absolutamente nada, pero queda muy bonito y transmite un mensaje institucional de orden. Imagino que para quien haya escrito esto uso responsable es seguir las normas que van justo antes, pero es que siguiendo esas normas al dedillo es posible matar a alguien de un raquetazo. Mientras pague y no dañe la pista…

Y claro, se podría, después de leer estas instrucciones e incluso leyendo mis quejas, defender que todo esto tiene sentido porque contribuyen a mantener la propiedad pública en buen estado y ofrece una nueva infraestructura de ocio que ahora está muy de moda. Se podría incluso decir que todo esto de que la construcción sirve para fines propagandísticos es básicamente una teoría de la conspiración. Se podría sí, pero es que hay al menos una cosa más que para mí demuestra las intenciones.

Antes de nada, hace falta un poco de contexto importante: las pistas de pádel generalmente se construyen con paneles de plástico transparente en buena parte. No sorprende, por tanto, que estas pistas cuando están descubiertas sean un matadero de pájaros salvajes, pues una hostia contra un panel de metacrilato o cristal cuando no te la esperas le dolería a un humano, así que imaginad lo que le hace a un pájaro. 

Kit completo de pista de pádel: césped, marco, paredes de cristal y más
Esquema de una pista de pádel

Lo que puede que sorprenda un poco más es que mi pueblo está dentro de una ZEC de la red Natura 2000 (esto quiere decir que la administración desde el nivel europeo y todo para abajo en teoría está haciendo un esfuerzo consciente por proteger la biodiversidad de la zona), estando la pista dentro o al menos limítrofe (no sé exactamente qué se considera la parcela en la que está la pista) cesta. Sorprende, digo, si no has tenido en cuenta que al ayuntamiento le ha dado absolutamente igual todo eso a la hora de construirla porque solo pensaban en lo bien que iba a quedar. No recuerdo exactamente cuándo se inauguró, pero sé que al menos tres meses lleva en funcionamiento. Tres meses en los que ha habido un pico de uso por la novedad y las familias que vienen en verano al pueblo. Tres meses en los que las medidas disuasorias para aves (que alguna hay) han fallado estrepitosamente. El día 5 de octubre yo estuve dando un paseo alrededor de la pista y conté 8 pájaros muertos, que por la posición era evidente que habían chocado con el panel transparente.

Porque sí, es cierto que hay medidas disuasorias. Hay siluetas de depredadores como las que ponen en los paneles antiruido de las autovías, o al menos parecidas. Tienen, en mi opinión, un problema, y ese es la magnitud. Porque son pequeñas, muy pequeñas. Hay una banda de siluetas de rapaz colocada a lo largo de todos los paneles transparentes… pero son minúsculas. Son tan pequeñas que desde la carretera que pasa a 20 metros de la pista no se distinguen. Y cualquiera al que le diera por pensar mal supondría que están así puestas por algún motivo, probablemente porque la legislación lo requiera pero quien ha hecho la pista no quiera que dé la sensación de que es una trampa para aves o no quiera que se vean las siluetas porque hacen feo.

Los pueblos no son como las ciudades y forzar que lo sean no es el camino. ¿Para qué vivir en un pueblo si es igual que una ciudad que me ofrece más cosas? Conservar la biodiversidad debería ser una prioridad en los pueblos, creando modelos productivos capaces de convivir con ella, como ya se está haciendo, pero también adaptando los modelos productivos y vitales que queremos implantar a una idiosincrasia distinta y que pone en el foco otras cosas. No se puede hacer políticas iguales que las urbanas en lo rural porque el enfoque es muy distinto. No se puede trasplantar lo que hay en las ciudades a los pueblos porque para eso está la ciudad y porque muchas veces lo urbano destruye lo rural. Fijar población no consiste en urbanizar lo rural, si no en ofrecer lo que lo rural tiene que la ciudad no. Siempre se va a perder si se compite con la ciudad en su terreno. 

Evolución de la población rural de Castilla y león. Fuente: elaboración propia a partir de los datos de la DGE de la Junta de Castilla y León.  
Los datos están poco actualizados, pero la tendencia…

Matar decenas de pájaros por construir una pista de pádel que se va a usar dos meses al año no parece una apuesta lógica, pero es lo que se está haciendo. Expulsar a las familias con hijos (que evidentemente son la mejor forma de fijar población) no ofreciendo ningún tipo de servicio necesario que un ayuntamiento podría ofrecer por su cuenta (WI-Fi, lugar de teletrabajo, infraestructura de ocio, buenas conexiones, vivienda barata, …) y centrarse únicamente en quienes vienen dos semanas al año, tampoco.

El cortoplacismo es una visión asquerosa en la mayoría de ámbitos y hace muchísimo daño a personas y proyectos, tanto en lo empresarial como en lo social. No solo debemos hacer entender a quienes tomen las decisiones que el cortoplacismo es nocivo, si no que debemos actuar al respecto premiando las iniciativas que buscan una mejora a largo plazo y castigando las que solo buscan el beneficio inmediato a cambio de un perjuicio futuro. Entiendo que sobrevivir es necesario, pero no es especialmente útil si dentro de unos años estás igualmente condenado a muerte. Pensar a largo plazo es la única forma de plantearnos un mundo en el que no de asco vivir. Y quien dice un mundo dice un pueblo. Porque lo tenemos ahí. Solo hace falta imaginar un pueblo con pistas de pádel abiertas a todos y con paneles capaces de disuadir a los pájaros antes de que se estrellen en ellos.