Comentario al Romance del Quijote

Esto es un COMENTARIO al Romance del Quijote, por lo que el poema está hecho cachos, si se quiere leer el poema seguido, aquí está.

Hay quien puede decir que comentar algo que tú mismo has escrito es pecar de soberbia. Puede ser, no lo niego, pero desde luego no lo hago con esa intención. Hace ya un tiempo subí a este mismo blog otro romance, que no siendo mi primer intento, sí era al menos el primero decente. Di entonces explicaciones de los motivos y las influencias pero poco más y ahora que he escrito otro del que me siento suficientemente orgulloso como para presentarlo, quiero explicar más en profundidad el proceso, las intenciones y los resultados para que cada cuál pueda juzgar por sí mismo si he conseguido lo que me propuse.

En este caso el motivo es sencillo: me he puesto a leer el Quijote, me ha parecido un libro completamente maravilloso y he decidido que sería una buena temática sobre la que escribir un romance, ya que hay tanto comentado sobre este que añadir algo se acerca a más a trabajo escolar que a texto de pseudocrítico cultural.

La estructura del poema busca emular la estructura del libro según me ha parecido a mí. Está dividido en dos partes, cada una con un número de versos igual al número de capítulos de la parte correspondiente del libro (aunque originalmente lo que es ahora primera parte fueran 4 partes distintas) entre las cuales la rima cambia. Lo versos se agrupan en estrofas de diez por parecerme la mejor forma para un romance (el del Raposo es igual), aunque jugué con la idea de hacer estrofas de distinto número de verso para imitar la disparidad de longitudes en los capítulos, al final me pareció complicarlo demasiado. Además, así quedan unos versos sueltos (2 y 4 respectivamente) que sirven para dar un cambio de tono, imitando los últimos capítulos de cada parte, que probablemente por ser los últimos, se alejan del tono del resto.

La primera parte rima en “-ura”, y si bien mantiene la estructura de rima octosílaba que resuena en los pares, es esta una terminación consonante, lo cuál técnicamente lo hace no ser un romance, igual que técnicamente el Quijote no es un libro de caballerías. Es además una terminación que a mi modo de ver le da un toque más arcaico al lenguaje, lo cuál casa con el estilo arcaico de la forma de hablar excesivamente rígida de los personajes que interpretan el acto de caballería (el Quijote y los que le siguen el juego). Es importante para mí haber conseguido “reservar” la palabra locura para el último verso, ya que no me gusta repetir palabras en las rimas y esa desde luego es la más evidente en este caso.

La segunda parte cambia la rima a “-a-a”, que es una rima mucho más sencilla de trabajar y deja un lenguaje más sencillo y cuidado, en el que las florituras innecesarias destacan mucho más, lo cual intenta imitar la segunda parte, que cambia la estructura del libro a algo más “serio”, centrando más la historia en lo que es y con manos tangentes raras. Además, la temática de las estrofas se repite y solapa más, con intención de machacar lo importante del libro, cosa que ocurre en la segunda parte del Quijote, donde tanto la primera parte de Cervantes como la segunda de Avellaneda existen en la historia y se comentan una y otra vez.

Si bien el tema general del poema es el Quijote, he decidido no hacer referencia a ninguna de sus aventuras en concreto (aunque técnicamente hago referencia al Caballero de los Espejos y al de la Blanca Luna) porque me ha sorprendido mucho la disparidad de fama de las aventuras respecto a su peso en la trama. Los molinos, por ejemplo, son una pequeña parte de un capítulo, apenas dos o tres párrafos, mientras que la aventura de los alcaldes que rebuznan son dos capítulos, bastante más graciosos en mi opinión, y no la conocía hasta que la he leído.

En el lenguaje ha habido un intento en muchos versos de imitar el lenguaje en el que se escribe el Quijote, por eso hay artículos innecesarios o colocados en sitios extraños, e incluso algunas palabras me las he inventado o, más bien, he cambiado la forma en la que se construyen para que encaje con la rima. Esto último es mitad conveniencia y mitad homenaje al hecho de que si el Quijote quizá no inventase nuevas palabras para el castellano, al menos si ha contribuído a que muchas se mantengan a lo largo del tiempo.

El primer verso es seguramente el más importante, y tratándose de lo que se trata, creo que no hay mejor forma de abrir que con el legendario

En un lugar de la Mancha
que si bien no es tampoco técnicamente el principio del libro, pues hay un prólogo y unos cuantos poemas previos, sí es su frase más famosa y da la casualidad de que tiene 8 sílabas métricas.

El segundo verso originalmente utilizaba ya la palabra “locura”, porque me parecía que abrir la rima con una palabra tan importante para la trama era buena idea, pero cuando avancé en la lectura dejó de gustarme tanto, así que lo sustituí por

con seso en la secadura
que no es más que una forma retorcida y complicada de decir que se le ha secado el seso, expresión bastante famosa también.

Los dos siguientes versos no hacen más que presentar al personaje principal con el apelativo que más usa a lo largo del libro (quitando Don Quijote de la Mancha).

nació nuestro caballero
el de la triste figura,
Las minúsculas en “de la triste figura”, que no se usan en el libro, son una especie de fórmula de respeto hacia Don Quijote, que dice que no le gusta demasiado el apelativo pese a que sea certero y más adelante intenta cambiarlo por Caballero de los Leones.

Los siguientes cinco versos no son más que la explicación del mote, que viene “agredido” por su escudero, ya que el Quijote no lo busca y es más una especie de broma de Sancho Panza.

apelativo agredido
con su bien cierta soltura
por su afamado escudero
(que le dio mala apertura)
Panza Sancho, Sancho Panza
El juego con el nombre de Sancho es un recurso habitual de los romances que me gusta bastantes y con el que pasé bastante tiempo, pues estuve pensando si sustituir las iniciales, alterar el orden de las palabras y todas las posibles mezclas que se me ocurrieron (seguramente este sea el verso al que más tiempo he dedicado), hasta al final quedarme con este porque, dentro de lo sencillo, tiene una cierta cadena que luego el propio Sancho se encarga de defender diciendo orgulloso que tanto su padre como su abuelo se llamaron también Sancho Panza.

El último verso es importante, porque una cosa que se deja de lado con el personaje de Sancho en muchas ocasiones es lo muy bien que trata al Quijote y lo mucho que se preocupa por él, que es algo que luego se ve que no se extiende a todo el resto de personas.

campeón de la ternura.
Sancho respeta mucho al Quijote y cree de verdad que es capaz de hacer (algunas de) las cosas que dice, pese a ver con sus propios ojos como no es cierto. Hay un conflicto entre creer que su amo está loco y querer creer que no que le da mucho interés al personaje.

Esta segunda estrofa resume un poco la historia del libro en sí, no del personaje.

Alumbró de mano yerma,
de Argel para la humantura,
Cervantes era famosamente manco, pero no es que le faltara la mano, es solo que no le funcionaba, lo cuál hace que haya al menos dos escritores importantes en la historia de España a los que les pase eso, que es bastante curioso. También estuvo preso en Argel, lo cual tuvo un peso importante en su vida y resuena en el Quijote en distintos capítulos.

El éxito de la primera parte hizo que hubiera muchas segundas partes escritas por otros autores sin permiso, la más famosa siendo la de Avellaneda, lo cuál hizo que Cervantes escribiese su segunda parte y la publicase diez años después de la primera (1605-1615), es decir, dos lustros.

copiose en Avellaneda
y en doble lustro asegura
que no se fuera del manco
cual espada en la cintura
Lo de la espada en la cintura es porque le pega a Cervantes llevar siempre espada, como antiguo soldado y dizque cortesano del siglo XVII y al propio Quijote utilizarlo como ejemplo de lealtad.

Estos siguientes versos vienen de una controversia, pues pese a que al Quijote se le llama hidalgo desde el principio, se da a sí mismo el título de “Don”, que teóricamente solo podían llevar los caballeros, lo que, de ser cierto, implicaría un ascenso social para él y levantó revuelo entre los caballeros de la época.

que quien hidalgo naciere
no lo hiciere por ventura
ni a caballero llegare
sin creador a su altura
En la segunda parte, todo el mundo le conoce por “Don” Quijote gracias a que la primera parte de sus aventuras ha sido un éxito, por lo que no es mentira decir que el Quijote se hizo “Don” gracias al trabajo del propio Cervantes.

La tercera estrofa es un resumen de la primera parte: se apunta a todo, no consigue absolutamente nada más que recibir palizas y ayuda de gente a la que da pena y piensa en varias ocasiones que ha hecho algo de importancia.

Se presta a las hazañas,
de gratis a la aventura
cobrando palo en costilla
y heno para la montura
recorre Castilla Nueva
andante por andadura
Y los dos siguientes, aunque siguen con la tónica de la estrofa, son un juego en sí mismos, porque aunque yo he oído la expresión “desfacer entuertos” varias veces en referencia al libro, lo cierto es que el Quijote no la llega a decir nunca exactamente así, por eso he puesto esta especie de trampa en la que la expresión se divide en dos versos.

enderezando los tuertos
desfaciendo encantaduras
Por cierto que el Quijote está obsesionado con que todo lo que no le cuadra es culpa de encantadores que le siguen para putearle e intenta varias veces romper esos encantamientos, aunque, evidentemente, nunca lo consigue porque no son tal.

Los dos últimos versos hacen referencia a las varias veces que el Quijote obliga a gente aleatoria a la que ha “vencido” a ir a presentarse ante su dama Dulcinea del Toboso para contarle lo que ha hecho. Evidentemente nadie lo hace.

enviando a Dulcinea
cuanta úlcera sutura
Lo de suturar la úlcera es simplemente porque me hace gracia la idea de que cree firmemente que está arreglado el mundo cuando no está haciendo más que conseguir que la gente (mayormente él mismo y Sancho) salga herida.

La cuarta estrofa empieza con Cide Hamete Benegueli, que es el narrador ficticio que se inventa Cervantes del que él mismo saca la historia de Don Quijote para contarla, incluyendo quejarse de que Benegueli no ha escrito algunas partes, de ahí estos versos.

Cide Hamete Benegueli
en pergamino asegura
que a mucho más se enfrentare
que a las más altas alturas
viniera, viera y venciera
El último es una referencia evidente a Julio César, a quien el Quijote nombra directamente y que me sirve de cabeza para todos los autores clásicos que se nombran a lo largo del libro. Podría haber hecho lo mismo con las novelas de caballerías, que se nombran un montón o con pasajes de la biblia, pero me parecía una repetición innecesaria que no iba a aportar mucho.

Los siguientes versos hablan de la virtud caballeresca del Quijote, que es sin duda el más virtuoso de los caballeros porque sus ejemplos son personajes ficticios que, como tales, no tienen faltas. De entre esas no faltas, el Quijote repite la importancia del comedimiento en básicamente todo, es decir, la mesura.

y hasta la misma mesura,
septentrión de caballeros,
quisiera que su armadura
durara para los restos
por la su alta catadura
La armadura en este caso representa el legado del Quijote, ya que es la parte más representativa de un caballero, pero es que además la suya es heredada y no se sabe de quién, estaba guardada y olvidada en un desván. Ahí está entonces el juego entre el legado ya perdido de esa armadura y la posibilidad de que los actos del Quijote contribuyan a darle un nuevo significado, cosa que él mismo piensa pero el lector y cualquiera que no sea Sancho Panza sabe que no va a pasar.

Esta última estrofa completa es una especie de defensa del Quijote, que si bien se da a lo largo del libro en forma de burla muchas veces, no busca serlo esta vez, porque, como se dice varias veces en el libro, aunque Don Quijote haya hecho daño físico a bastante gente, lo cierto es que sus aventuras, tanto para los personajes que las viven como para los personajes y personas que las leen, han hecho mucho bien aunque solo sea a través de entretenimiento.

Con corazón en la mano
quién pudiera en su cordura
asegurar que al mundo
dañase la esta andadura
de este hidalgo de la Mancha
que se dió a la lectura
si para darse en la vida
habrá cosas más oscuras
que no es regidor ni alcalde
ni aunque los respete, cura
Los últimos tres versos, aunque puedan parecer metidos un poco con calzador, salen directamente del Quijote, que dice que no existe en el mundo mejor empleo que el de caballero andante, pues no hay otro en el que sea posible hacer tanto bien. El Quijote caballero respeta profundamente a los religiosos, de hecho lo repite mucho, pero eso no quita que si le parece bien arremeta contra ellos, como hace contra ciertos frailes a los que por cierto después Sancho roba descaradamente. Aunque no sea explícito, el Quijote piensa que los caballeros están por encima de las reglas de la iglesia porque están en una especie de misión divina y tienen una línea más directa con la voluntad de Dios.

De estos dos flecos sueltos, que empiezan igual, quiero destacar el tratamiento de “amigo” Quijote, pues es un tratamiento que se repite a lo largo del libro como fórmula de cortesía hacia alguien a quien se le tiene aprecio, y aunque a la memoria no me venga ningún caso donde se haya aplicado al Quijote, siendo casi todas las veces a Sancho, me ha parecido que se ganaba mucho más de lo que se perdía por añadirlo.

Cabalgue, amigo Quijote
Cabalgue, flor de locura
Flor de locura, aparte de por fin usar la palabra, busca ser una expresión de esas innecesariamente poéticas que tanto le gustan al Quijote y que busca imitar a los libros de caballerías y cantares de gesta.

Entrando en la segunda parte, “tierra cristiana” es una expresión recurrente del libro, las doncellas en apuros, los encantamientos y las menciones al endriago se repiten mucho también, al fin y al cabo son tópicos (si cambias endriago por monstruo genérico) que son fundamentales para los libros de caballerías. Curiosamente en el caso español, el Mío Cid, que el Quijote nombra varias veces, no hay presencia de encantamientos ni monstruos míticos, pero el Quijote no se corta tampoco de nombrar al ciclo artúrico o a la Canción de Roldán, así que tanto monta.

Bien es cierto que no existe
en toda tierra cristiana
encantador ni doncella
ni desafío ni espada
ni endriago o caballero
ni siquiera retirada
Otra cosa que se repite es la necesidad de una retirada rápida cuando todo sale inevitablemente mal, pese a lo cual no para el Quijote de meterse en jaleos. Aunque hay que reconocer que no es él quien se retira, si no que le retiran cuando ya le han vapuleado. Esto queda clarísimo en el episodio de los leones, en los que se muestra lo absolutamente poco que le importa su propia seguridad si es por hacer alguna hazaña.

Todos los siguientes versos vienen al cuento de que hay varios intentos a lo largo del libro de hacer que el Quijote pare de andar por ahí, y la gran mayoría de ellos salen mal, porque pese a conseguirlo temporalmente, no se mantiene en el tiempo. Son parte de dos estrofas distintas y aunque el tema sea similar, la idea es presentarlo desde dos puntos de vista, siendo los versos finales de esta primera estrofa el punto de vista del Quijote, que siente que tiene que salir a la aventura y la siguiente estrofa el punto de vista de los que tiene alrededor, que intentan retenerle de varias formas hasta que se dan cuenta de que tienen que jugar a su juego. Cuando consiguen evitar que deje de irse por ahí es cuando le hacen prometer que va a parar, primero a la princesa Micomicona en el primer libro y luego al Caballero de la Blanca Luna en el segundo. Este es el ejemplo más evidente de esa repetición que hablaba más arriba, donde dos estrofas distintas siguen exactamente el mismo tema.

que pueda este el ardor
que siente en esta su alma
sofocarlo en los restos
o siquiera una jornada

Difícil es retenerlo
cuando la andadura llama
requiérense las promesas
de su siempre leal lenguada
que si aquello prometiere
por la virtud encarnada
cumpliría la promesa
aunque condenase el alma
que quien lo hace con motivo
no se dice que pecara

“Lenguada” es otra de esas palabras que he cambiado, y en este caso me gusta mucho como funciona la expresión “leal lenguada” al decirla, y estoy especialmente orgulloso de que se debe a las reglas intrínsecas del verso, ya que al tener que ser octosílabo por fuerza, ese “leal” se pronuncia con un diptongo forzado.

La siguiente estrofa sigue un camino parecido: no importa cuándo ni contra quién, el Quijote va a hacer lo que tiene que hacer.

Haya quien haya de frente
de noche y de mañana
Los dos versos siguientes tratan sobre un tema muy recurrente ya que el señorío y, especialmente, la ínsula de Sancho se nombran muchas veces y de una forma bastante sorprendente, ésta última acaba materializándose (y Sancho siendo un muy buen gobernador), pero la promesa es tan a lo largo que las costillas de Sancho lo pagan mucho antes de tenerlo.

cobrando con señorío
o costilla abatanada
Por cierto que “abatanada” además de encajar, hace referencia a un episodio, el de la noche de los batanes, en los que no acaban con las costillas molidas, que a ojo de buen cubero son menos las aventuras que acaban así.

La referencia a la lanza del siguiente verso es por la caballería, obviamente, pero la musicalidad de “punzando […]/como punta de una lanza” me gusta bastante, porque es sutil pero no se ignora fácilmente.

punzando tanto su mente
como punta de una lanza
 
Siguiendo en la estrofa, los dos siguientes versos se deben a que el Quijote tiene un juego muy raro consigo mismo en el que se sabe a la vez loco y cuerdo, y hay unos cuantos episodios en los que esto se demuestra, uno en particular, que es de mis favoritos, en el que el Quijote esencialmente le dice a Sancho que creerá en sus locuras siempre que la cosa sea recíproca.

dejando como los locos
a quien de cuerdos se jactan
 
Además, es común en el libro que se le llame loco al Quijote (o mentecato) para que justo después suelte una parrafada completamente lógica, dejando desmontados a los que le escuchan.

Estos dos últimos versos,
que quien sigue a la victoria
tarde o temprano la alcanza
recuerdan a un refrán muy famoso: “Quien la sigue la consigue”. Originalmente ese refrán iba a ser el primer verso de la siguiente estrofa, pero me pareció que de esa forma estaba apoyándome de más en la temática de la repetición y quedaba aburrido.

En su lugar puse un refrán menos conocido pero más repetido en el libro y que creo que, junto a los tres siguientes versos, resumen bastante bien la idea del libro.

La vaquilla y la soguilla,
que diría Sancho Panza,
aparecen de continuo
siempre que se las buscara
El refrán original dice “Cuando te den vaquilla, acude con soguilla”, que quiere significar que la suerte o la oportunidad aparece, pero que hay que ser capaz de aprovecharla. Por desgracia y al contrario que la idea original, este refrán no tiene ocho sílabas métricas, así que tuve que acortarlo bastante.

Los siguientes versos están hechos desde el punto de vista del Quijote, que si bien opina que no todo el mundo sirve para caballero andante, cree que es tarea más fácil de lo que parece y más gente debería hacerla.

no piensen que es mala suerte
los que no las encontraran
habrá de ser cobardía
o vagueza redomada
Los dos últimos de la estrofa son una referencia sobre todo al primer libro y más concretamente a la primera salida de Don Quijote, que ocurre en una venta cerca de su casa.

pues el hidalgo acertase
a dos pasos de su casa
Esta quinta estrofa es en conjunto una referencia a un momento que se repite de vez en cuando en el libro y que me ha sorprendido mucho, y es que Cervantes dice varias veces que Rocinante y el burro de Sancho son muy amigos y están juntos.

También importan al autor
las amistades forjadas
por las vivezas vividas
durante estas cabalgadas
si no fueran importantes
el autor no las mentara
Rocinante hizo amigo
con la montura de carga
que si nombre no le dieron
si le dieron importancia
Lo del burro de Sancho es una movida, porque Cervantes se olvidó de que en el primer libro se le habían robado y siguió apareciendo y se lo criticaron en la vida real, así que cuando sacó la segunda parte y en reediciones de la primera decidió meter texto equivalente a casi un capítulo en el que le roban el burro a Sancho y consigue otro.

La siguiente estrofa va un poco a tono general del libro, donde todo el mundo intenta evitar que siga por ahí y se vuelva a su casa, lo cuál sorprendentemente ocupa una parte bastante grande en la historia.

Con todo el mundo en su contra
se enredó en la celada
que por andante que sea
no sirve para batalla
Los dos siguientes versos son los más importantes de la estrofa y de la historia del Quijote, pues son sus amigos, que buscan su bien, los que hacen que deje de estar de caballero andante, causándole una depresión que literalmente le mata.

que es la amistad de los buenos
lo que al final le pesara
Los cuatro últimos versos de la estrofa son el momento en el que me he permitido hacer referencia a momentos concretos del libro, pero solo porque el segundo es un momento muy importante (el Caballero de la Blanca Luna) y el primero deja en claro que los que intentan ayudar al Quijote también le subestiman, ya que Carrasco pierde en su primer lance con el Quijote cuando da por hecho que le va a ganar.

así el Bachiller Carrasco
entrenado en Salamanca
acertará a la segunda
si a la primera fallara
Esta última estrofa completa es, de nuevo, una reivindicación del Quijote, que sigue con el tema de la repetición, pero esta vez resonando con la última estrofa de la primera parte. A todo esto los dos primeros versos son directamente mentira, porque el Quijote reconoce tres de las cinco ventas en las que para como tales, y solo dos por castillos, pero son esas dos equivocaciones tan importantes para la trama que en la memoria popular parece que son todas.

Ni aunque venta por castillo
toda vez equivocara
Los dos siguientes son referencias al Yelmo de Mambrino, que es quizá el capítulo que más marca al Quijote como un loco verdadero (junto con los molinos), y no lo considero referencia concreta, primero porque no sale el nombre y segundo porque el Yelmo de Mambrino (o sea la bacía del barbero) queda a partir de ese momento como recordatorio perenne de la locura del Quijote y sigue apareciendo mucho después, además de que se ha convertido en una parte integral del mito.

y bacía de barbero
la su testa coronara
Los dos siguientes son tanto una referencia al hecho de que es un personaje de libro como al hecho de que en la segunda parte del Quijote se hace referencias continuas a la primera parte, diciendo poco más o menos lo contrario de esto.

no ha existido en las imprentas
historia mejor contada
Estos cuatro versos están por un motivo muy concreto, y es que el Quijote atacaba sin piedad a la sociedad de su época y más en concreto a la separación de las clases. El Quijote, como hidalgo, está por encima de Sancho socialmente, pero por no ser (realmente) caballero, los que están por encima de él, que ya eran cortesanos y por tanto no se les consideraba “andantes”, pensaban de él muy poco más que del vulgo, lo que sigue con que los escuderos de las historias de caballerías eran, generalmente, jóvenes de alcurnia que buscaban ser caballeros, por lo cual es imposible que hubiera un escudero del pueblo llano que acompañara mejor a un caballero porque directamente no existían ni escuderos del pueblo llano no caballeros andantes.

ni caballero de alcurnia
que mejor la tierra andara
ni escudero de lo llano
que mejor le acompañara
Estos últimos cuatro flecos hacen referencia general al último capítulo del libro, que es genuinamente triste, en el que el Quijote se muere de pena.

Los dos primeros versos hacen referencia al Quijote como personaje y al propio Cervantes, que no estoy seguro de que fuera exactamente hidalgo, pero tanto da. Ambos, dentro y fuera de la historia, consiguieron gran fama en el momento de morir.

Duerma ya, señor hidalgo
que tiene gloria ganada
El tercero hace una referencia importante, ya que el nombre de Alonso que tiene el Quijote no aparece hasta este último capítulo, donde se dice que le dan el sobrenombre de “el Bueno” por ser buena persona, pero mi teoría basada en que dos capítulos antes (en el antepenúltimo) él mismo dice que el Quijote de Avellaneda es el Quijote “malo” es que Cervantes quería dejar claro quién era quién, volviendo de nuevo al Avellaneda.

Alonso Quijano el Bueno
Y este último verso es un juego de palabras con la palabra “palabra” ya que quiere decir que siempre cumple lo que promete (de palabra figuradamente) y que es un personaje literario (de palabra literalmente).

caballero de palabra
Ya para acabar, creo que he conseguido lo que me propuse al empezar a escribir esto y estoy contento con el resultado. Repasarlo así me ha hecho darme cuenta de algunas cosas en las que al escribirlo no me había fijado y especialmente en alguna ausencia que quizá me gustaría haber metido, pero no puede ser todo.
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