Cuadro sobre los estragos de la Peste Negra |
Pero si algo bueno se puede sacar de una crisis sanitaria que está tomando rápidamente escala global es que podemos comprobar hasta qué punto estamos preparados para una situación así. Y qué cosas funcionan mal normalmente pero no arreglamos porque no es necesario. Y parece que una de ellas es el sistema económico en el que vivimos, quién lo iba a decir. De aquí en adelante (y en el título) me referiré a dicho sistema como neoliberalismo, aunque depende a quién preguntes te dirá que no es neoliberalismo, que es socialdemocracia, o que no, que sí es neoliberalismo o incluso algo peor. Me da igual. Utilizaré neoliberalismo porque es algo que suena bien y que genera visitas, y eso que me llevo.
With the spread of coronavirus, we have already seen people hit with massive medical bills, simply for doing the right thing by getting tested.Others may face massive bills for hospitalization, treatment and quarantine if they need it.
This must end.
We need Medicare for All.
— Bernie Sanders (@BernieSanders) March 9, 2020
¿Y sabéis cuál es otra muestra clara de que este sistema está fallando? La locura, el miedo, el horror de la gente. Evidentemente yo no sé cómo capearon el temporal los que vivían en el S. XIV, pero los que vivimos ahora lo estamos capeando bastante mal. Los robos de mascarillas o las colas locas en supermercados para comprar productos que realmente no nos hacen falta son una buena prueba de ello. La psicosis se ha instalado entre nosotros y tenemos más miedo a un virus que es improbable que nos mate que a, por ejemplo, que EEUU si tire misiles con Irán. Y esto es, en gran parte sino completamente, culpa de la mediatización y de la conversión a espectáculo de lo que es un problema sanitario. Estos días se puede ver en televisión y oír en radio especiales sobre el virus, su avance, las posibilidades de contagiarse, su impacto en la vida de los que lo tienen… Y luego, en un alarde de falta de autocrítica brutal o de ironía extrema, se dedican a repetir por activa y por pasiva que no hay que tener miedo al virus, que es poca cosa, que no entremos en la psicosis que ellos mismos se dedican a extender. Si los medios de comunicación tuvieran algo de responsabilidad, probablemente sus informes sobre esta enfermedad serían menos y menos amarillistas, pero en este neoliberalismo (del que no me he olvidado) todo es mercancía, todo se tiene que capitalizar lo mejor posible (es decir, exprimirlo hasta su límite) y todo tiene que hacerse su hueco en el mercado.
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Mapa sobre la diferencia en la contaminación tras las medidas adoptadas entorno al coronavirus |
Y es que este neoliberalismo, que pone el mercado por encima de todo lo demás, demuestra que cuando el mercado deja de importar a la gente (porque tienen miedo de morir por un virus o porque la amenaza real de este impide que les importe) este comienza a resquebrajarse por sus cuatro costados. Sin el fluir continuo del dinero, sin la producción continua y exagerada y sin el consumo y la movilidad de mercancías, esto no funciona. Y es ingenuo suponer que un problema de estas características no va a aparecer periódicamente. ¿Y qué hace el neoliberalismo en estos casos? Jodernos el doble, porque no sólo hay que enfrentarse a un problema sobre el que no tenemos control, sino que también hay que enfrentarse a la crisis del mercado derivada de este. Cuando todo esto del coronavirus se haya olvidado todavía tendremos que enfrentarnos a las consecuencias de una crisis económica para la que obviamente no estamos ni estaremos preparados. Y sí, evidentemente el parón de un buen porcentaje de su fuerza de trabajo jodería a cualquier sistema económico, no hay ninguna duda. El problema no es que esté jodido, el problema es cómo tiene intención de recuperarse. Porque en un sistema donde se pusiera la vida y la recuperación de la calidad de vida por encima de todo lo demás, el bache pasaría como una mala gripe (nunca mejor dicho), algo por lo que hay que pasar pero que no tiene mayores consecuencias. Ahora, con el mercado por delante, ¿cómo vamos a recuperar la calidad de vida? Pues remando mucho y rezando para que la siguiente crisis del sistema nos pille ya recuperados. Como hasta ahora.