El Estado e Israel

A la vista de los acontecimientos recientes se han acallado las bromas sobre la legitimidad de Israel o incluso sobre su existencia. Todos nos hemos dado cuenta de que más allá de nuestra opinión al respecto, Israel tiene la capacidad militar y logística para llevar a cabo un exterminio de la población Palestina. Y es que en la época globalizada que nos ha tocado vivir ya no hace falta únicamente el monopolio de la violencia para formar un estado, no, hace falta que la comunidad internacional lo reconozca como tal. E Israel, queramos o no y nos guste más o menos, está reconocido como tal por al menos la parte occidental de la comunidad internacional. Decir que es ilegítimo o que no existe únicamente nos sirve para alejarnos de la verdadera problemática.
Fronteras de 1967
La base de un estado es la violencia, no únicamente en el monopolio de la misma dentro de su territorio, si no su fuerza fundacional. Todos los estados del mundo están fundados sobre la violencia de un grupo hacia otros. El genocidio quizá sea el punto más extremo en el ejercicio de la violencia, pero no es más que la consecuencia lógica de la formación de un estado en un territorio disputado. El problema de fondo no es el estado de Israel, aunque ahora mismo sea el problema inmediato, el problema de fondo es que la organización social que se quiere imponer no solo depende de la violencia, si no que está fundada sobre la misma.
Se pretende comparar el genocidio a los palestinos con el holocausto por el evidente interés político que tiene la situación, señalando que los judíos han pasado de víctimas a verdugos sin pensar en todo en que todo lo que sufrieron lo están infringiendo ahora. ¿Qué es lo que ha cambiado en estos aproximadamente 80 años? Pues que los que un día fueron víctimas se han erigido en un estado capaz de hacer a otros víctimas de sus tropelías. Es, por tanto, importante establecer una separación clara entre las ideas antisemitas y las ideas antisionistas, pues los judíos como conjunto realmente no tienen ninguna culpa, es el estado de Israel y sus miembros los que son culpables del genocidio.
Comparativa fotográfica entre el holocausto y Palestina

Así mismo, muchos de los sectores de la sociedad que claman al cielo por el genocidio y defienden a muerte al pueblo palestino tienen que hacer malabares para argumentar en contra del estado israelí sin que esa crítica pueda extenderse al resto de estados, pues se dan cuenta de que su propio proyecto político depende de la existencia de un estado. De ahí las ideas de la no legitimidad de Israel, que no son si no una forma de intentar alejar el punto de mira del problema de fondo: la existencia de un ente con capacidad suficiente para cometer un genocidio. Pretenden establecer a Israel como una anomalía surgida de la colonización inglesa y así explicar el por qué su existencia, además de ilegítima, depende de un genocidio, pero lo cierto es que Israel es un estado más, con una historia relativamente parecida a la del resto de estados, solo que en un estadio más temprano de la misma por haberse fundado hace menos de cien años. Los estados más antiguos tuvieron (y algunos aún tienen) sus propios procesos de extensión territorial en detrimento de gente que ya poblaba esos territorios y ejercieron (y aún ejercen) una terrible violencia sobre la población para mantener su entidad. Y si no, ahí está la historia para demostrarlo.

El colonialismo, uno de los ejemplos de violencia estatal por antonomasia

Dependiendo a quien le preguntes te ofrecen fundamentalmente tres posibles soluciones al conflicto: estado de Israel como ente único, solución de los dos estados o estado palestino como ente único. La primera y la tercera conllevan un genocidio o al menos deportaciones masivas y la segunda conlleva lo que probablemente sea una inestabilidad tal que lleve a una guerra y a la primera o la tercera. Es por eso que me cuesta tanto defender la causa palestina. Quiero decir, estoy a favor de que no haya un genocidio y en contra del estado de Israel, por supuesto, pero no me parece que la solución correcta sea la de establecer un estado palestino, porque nos encontraríamos en una tesitura parecida a la actual, solo que con las víctimas convertidas en verdugos otra vez. Y no es que tenga más simpatía por el pueblo palestino que por el israelí, más allá de la que conlleva el posicionamiento político contra el genocio y apartheid, así que por esa parte tampoco vamos bien.
Lo cierto es que no tengo una solución mágica, porque sé perfectamente que la que sería mi propuesta soñada para la zona acabaría aplastada por el imperialismo en muy poco tiempo. Soy solo alguien que se queja y que sabe que se expone a que se le llame de todo menos guapo, pero la verdad es que no puedo con unas protestas que en la mayoría de los casos son brutalmente hipócritas y con evidente intención partidista. Como suele pasar, las personas no importan realmente, es lo que cada cual puede sacar de ellas lo que importa.