Ya llevamos un tiempo, bastante, con el miedo a la ultraderecha metido en vena por los medios de comunicación. Que viene el lobo, nos decían hace unos años cuando partidos de ese corte comenzaban a ganar poder en otros países europeos, como Amanecer Dorado en Gracia, al Agrupación Nacional en Francia o la Liga en Italia. Que viene el lobo, nos dijeron cuando Vox sacó 12 escaños en las elecciones autonómicas andaluzas. El PSOE supo capitalizar este miedo al lobo en escaños en las elecciones de Abril, pero su incapacidad para formar gobierno ha hecho que se repitan los comicios. Que viene el lobo, nos han dicho otra vez, a ver si colaba. Más o menos ha colado, porque ha sacado una representación parecida a la de la otra vez (un pelín menos), pero junto con el cazador de lobos entraba al congreso el lobo, 52 lobos, para ser exactos.
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Abascal celebrando el triunfo electoral |
España se rompió, las defensas que nos habían permitido no tener una representación importante de la ultraderecha se han ido a tomar por saco y ahora mismo son la tercera fuerza política. El lobo ha llegado. ¿Y para qué ha servido? Para que PSOE y UP firmen a toda prisa algo que no fueron capaces de firmar tras la anterior votación y que ahora es aún más endeble porque ambos han perdido representación. Ha servido para que C’s desaparezca (no todo es malo) y para que el PP recupere su papel de centro-derecha (en comparación con Vox, cualquiera). Y así estamos y es lo que hay. El lobo ha llegado y ahora nos toca bailar con él en casa. Aunque creo que ya se sabe de qué pie cojeo en este blog (si no, lee este artículo y este otro), quiero hacer mi análisis particular del asunto.
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Distribución de escaños en las elecciones generales de Noviembre del 2019 |
Le hemos visto las orejas al lobo, pero todavía no nos ha dado una dentellada. Y la realidad es que probablemente nos sea capaz con los 52 dientes que tiene. 52 de 350 son más bien poco, ni sumando con el PP y C’s (los únicos con los que podría pactar) llegan a la mayoría. Y todos los demás partidos están directamente en su contra, bien por ser de izquierdas (UP, PSOE), bien por ser regionalistas o nacionalistas, cosa que Vox odia como si de verdad importara. Están ahí, es verdad, y puede aullar todo lo que quieran, pero no tienen poder para mordernos, al menos no ahora mismo. Pero les vienen bien a los demás. Mientras ellos aúllan muy alto, los lobos con piel de cordero que forman el resto de partidos pueden dedicarse a meternos mordiscos sin que nos demos demasiada cuenta. ¿Ejemplos? La mochila austriaca que quiere meternos el PSOE, UP firmando un pacto en el que dice que no se derogará la reforma laboral, los nacionalistas con sus gilipolleces nacionalistas mientras hay problemas graves para resolver en Cataluña, el País Vasco, Cantabria o Galicia. Solo hace falta que unos aúllen mucho para que nadie piense que Pedro Sánchez debería dimitir por forzar la repetición electoral y conseguir menos escaños, o que Pablo Iglesias debería hacerlo por la hostia que se ha dado UP. En eso tengo que reconocer que Albert Rivera ha demostrado más integridad que los demás, aunque con el suicidio electoral que se ha marcado realmente no tenía alternativa.
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Los líderes de las dos formaciones de izquierdas hablando amigablemente |
Mientras los lobos aúllan en el congreso nadie parece pensar que al PSOE le han condenado por un gigantesco desvío de fondos que iban para personas que lo necesitaban (no al PSOE como entidad, a varios dirigentes regionales). Mientras los lobos aúllan el resto de cosas que suenan raro no se oyen. Eso les beneficia enormemente a todos los demás. De momento parece que va a haber 4 años en los que la ultraderecha no va a poder morder (a nivel institucional, en las calles es otro tema), 4 años que tanto la izquierda como la derecha van a aprovechar para taparlo todo en nombre del “antifascismo” o de los “radicales”. 4 años gratis en política. Veremos qué ocurre en las próximas elecciones, pero no olvidemos que lo de Vox tiene solución, y si no que pregunten a los de Amanecer Dorado qué tal les ha ido después de ser tercera fuerza política en su país (spoiler: ya no existen).
No nos engañemos, al lobo de Vox se le puede enfrentar, pero hay que tener cuidado con los lobos con piel de cordero que se esconden en el rebaño y aprovechan el jaleo para mordernos de verdad.