Llevo ya mucho tiempo fascinado con la facilidad que parece tener George R.R. Martin para crear personajes que sea tan únicos, tan especiales y que evolucionen tanto durante sus correrías. Es verdad que puede ayudar la forma en la que las novelas de canción de Hielo y Fuego están escritas, ya que podemos ver diferentes sucesos desde el punto de vista de cada personaje y cómo le afecta personalmente, pero aún con todo, sus personajes son increíbles. La mitad de los Lannister se encuentran entre los mejores personajes de fantasía de la historia, al menos Jaimie, Cersei y Tyrion, Daenerys y Barristan también son increíbles, Varys es espectacular y así podemos seguir durante bastante rato.
![]() |
Geroge R.R. Martin |
¿Y cómo lo hace? Bueno, el propio Martin dice que para él existen dos tipos de escritores: los que preparan la historia hasta el mínimo detalle antes de escribirla y los que crean un mundo y unos personajes y simplemente dejan que interactúen entre ellos, y sorprendentemente él mismo es de los segundos. Sus personajes son reales porque sus reacciones dependen de cómo se desarrolle la historia y no al contrario. Cambian durante el trayecto lo más parecido posible a lo que cambiaría una persona normal en esa situación porque son entes vivos cuyo fin no está completamente predestinado. Y eso en la fantasía es algo extraño y muy refrescante. Hasta hoy y básicamente gracias al señor J.R.R. Tolkien, la mayoría de personajes de fantasía son una suerte de luces en la oscuridad del mundo, con una visión totalmente maniquea en la que los protagonistas son los buenos y los enemigos los malos, y para que no haya confusiones, los malos han hecho algo muy horrible. Sirva de ejemplo Nacidos de la Bruma (la primera trilogía que es lo que he leído), de Brandon Sanderson. En el primer libro el malo es malo y la resistencia son buenos, sin medias tintas. Después todo se mezcla pero la separación entre bien y mal sigue totalmente marcada, y al final los buenos ganan, aunque sea de una forma que intenta subvertir esto de la dualidad bien-mal, en mi opinión de forma un tanto cutre.
![]() |
Los protagonistas de Nacidos de la Bruma |
¿Pasa eso en Canción de Hielo y Fuego? No. Aquí pasan cosas en el mundo y cada cual lo interpreta según su punto de vista Y se nos muestra ese punto de vista. Los personajes realmente no cambian tanto en muchos casos, simplemente los parecíamos desde otro punto de vista. Sirva de ejemplo uno de mis personajes preferidos: Sandor Clegane, el Perro. Se nos presenta como un tipo cruel y despiadado que no tiene ningún tipo de honor y desprecia la caballería, pero a medida que avanza la historia vemos que realmente es un hombre lleno de rencor por un mundo y un sistema que premia a los que él sabe que son malos, y que ha decidido que el honor y la caballerosidad son una mentira y sirve porque de algo tiene que vivir. Es un hombre que está en un pozo y que sabe que nunca podrá salir de él, porque aunque logre su objetivo, matar a su hermano en venganza, los caballeros y el honor seguirán existiendo, no podrá huir de ellos. Está vacío porque sabe que el sentido de su vida no le llevará más que a otro vacío, y no puede más que intentar sobrevivir mientras tanto. Pasamos de soldado despiadado y cruel a antihéroe nihilista, pero pasamos a lo largo de la vista de varias personas (Sansa y Arya especialmente).
![]() |
Sandor Clegane en la adaptación de HBO |
Estos personajes ten fuertes se deben a que Martin no interpreta su historia como una historia donde unos ganan y otros pierden, sino como un mundo vivo donde a veces se gana, a veces se pierde y a veces ni siquiera se participa y las cosas se escapan de tu control, se aleja del maniqueísmo del bien contra el mal, del blanco contra negro e introduce una escala de grises que cambia en cada personaje y cada punto de vista que se nos presenta, lo cual hace que las respuestas y acciones de sus personajes sean muy parecidas a las del mundo real. Para Martin no hay héroes ni villanos porque esos términos son una tontería, pero para algunos de sus personajes sí, y es capaz de plasmarlo. Para Martin las profecías son una estupidez, pero algunos de sus personajes creen tanto en ellas que les destrozan la vida, como Rhaegar o Cersei. mArtin no escribe personajes, Martin escribe personas, dentro de lo posible, claro.