Hellstar Remina y el fanatismo

Desde
hace ya bastante tiempo, incluso antes de la pandemia, vengo teniendo la
sensación de que  hay una buena cantidad
de gente que solo necesita una pequeña excusa para volverse completamente loca.
Lo hemos visto con el Covid, con la guerra de Ucrania y con tantas y tantas
otras cosas. Pues bien, he encontrado un manga que habla precisamente de eso. 

Coronavirus | Por qué tanta gente compra desesperadamente papel de baño  ante la pandemia del covid-19 - BBC News Mundo
Algunas imágenes de las que se pudieron ver durante a pandemia

Hellstar
Remina, de Junji Ito, empieza con un científico que descubre un nuevo planeta
que ha atravesado un agujero de gusano. Como es un buen padre, le pone a su
nuevo descubrimiento el nombre de su hija: Remina. Poco después se descubre que
el planeta se mueve en una órbita muy extraña y que alcanza en ocasiones
velocidades similares a las de la luz. Va muy rápido y parece moverse a
voluntad. Y entonces Plutón desaparece. Y después lo hace Júpiter. Y Saturno. Y
entonces Remina se acerca a Marte y se puede ver perfectamente como sale una
lengua gigante y se lo come. Y sigue acercándose a la Tierra.

Mientras
tanto, la Remina mujer se ha convertido en un fenómeno de masas por compartir
nombre con el planeta e incluso le aparecen varios clubs de fans. Todo parece
irle genial hasta que la televisión empieza a dar las imágenes de como Remina
el planeta se está comiendo los otros planetas. Y la gente se vuelve loca. Y
empiezan a pedir a gritos el sacrificio de Remina y de su padre, ya que
consideran que ellos han invocado el extraño cuerpo celeste que va a acabar con
el planeta. Entonces todo desemboca en una vorágine de sangre con Remina casi
ejecutada unas cuantas veces, fenómenos extraños por la proximidad del otro
plantea y caos y destrucción.

Hellstar Remina (Nueva edición) (Segunda edición) : Ito, Junji, Cordukes  Salleras, Olinda: Amazon.es: Libros
Portada del manga

El
final no es realmente importante, porque lo que este manga quiere contar es lo
relativamente sencillo que es para la gente unirse a la locura colectiva
causada por algo que haga peligrar su forma de vida, aunque evidentemente en
este caso está exagerado hasta el límite. Y es que la identidad de grupo es una
fuerza que debemos tener en cuenta, ya que es fácil perderse ahí dentro para
cualquiera. Hasta las personas que consideramos más racionales o con una
personalidad más fuerte pueden caer en esto, y de hecho ocurre a diario en
muchos temas. Pensemos, ¿es acaso posible tener una opinión bien formada y
contrastada de todo lo que ocurre en el mundo? No, incluso si solo te dedicas a
formarte opiniones, simplemente ocurren demasiadas cosas para poder pensar en
todas. ¿Y cuál es la solución más simple? Abandonarnos a un grupo afín y su
opinión al respecto, porque sabemos que podemos compartirla al menos en buena
medida. Y eso es completamente normal, siempre hay opiniones que tenemos en
cuenta por encima incluso de la nuestra porque están más formadas en algunos
temas, o al menos lo pensamos así. El problema viene cuando empezamos a valorar
las opiniones del grupo por encima de las nuestras incluso cuando nos rechinan.

Y
es difícil, muchas veces muy difícil ir en contra de la opinión de un grupo del
que formamos parte y del que queremos seguir formando parte, porque tenemos
miedo a quedarnos fuera, pero sacrificar nuestra individualidad y nuestros
principios en nombre de la inclusión es un sacrificio demasiado grande, me
parece a mí, que sin duda peco de esto mismo que denuncio. Porque sí, me ha
pasado y me he dado cuenta de ello, y seguro que muchas otras veces no me he
dado cuenta porque me sale automático. Y si yo no me libro, tú que estás
leyendo esto, tampoco.

¿Hay
acaso solución para esto? Supongo que no, porque como ya he dicho, pasan
demasiadas cosas en este mundo como para poder formarse una buena opinión de
cada una de ellas, pero al menos podemos intentar paliar la mentalidad de grupo
destacando las diferencias de impresiones que se nos ocurren, lo que comúnmente
se llama pensar por uno mismo. Así que pensemos por nosotros mismos, porque la
alternativa es pedir sacrificios de sangre para evitar que un planeta
alienígena consuma la Tierra.