La nueva guerra fría

Hace
unos días en la valla que separa Marruecos de España hubo un intento
multitudinario de salto. Las autoridades marroquíes lo reprimieron y
todo el asunto acabó con al menos 27 muertos. Algunos medios incluso han
publicado vídeos en los que se ve a agentes marroquíes entrar en suelo
español para devolver en caliente a personas que ya habían saltado la
valla. Suelo que no es solo español, es suelo comunitario de la Unión
Europea, que parecía estar a tope defendiendo la soberanía de países que
ni siquiera forman parte de ella en la guerra de Ucrania.

Y es que no es noticia a estas alturas que hay personas de
primera y de segunda en el mundo, e incluso de tercera si me apuras. Por eso
tenemos a gente de piel oscura muriendo en la valla mientras el presidente del
gobierno alaba la actuación de los policías que los mataron y también tenemos a
gente de piel clara a la que personas normales traen en coche cruzando varias
fronteras internacionales. Ambos huyen de guerras, pero las que ocurren por
debajo del ecuador no le interesan a los medios de comunicación. Unas vidas
importan más que otras, eso es evidente para cualquiera que se digne a mirar el
mundo con el toque necesario de cinismo, pero eso también significa que unas
muertes importan más que otras. La guerra de Ucrania es un medidor magnífico
para estas afirmaciones: solo hay que ver como se trata en los medios de
comunicación los bombardeos a ucranianos y los bombardeos a, por ejemplo, los
kurdos.

Dicen que la guerra fría acabó, pero lo cierto es que el
mundo sigue dividido en dos bloques muy evidentes. Por un lado está la OTAN y
sus países aliados y por el otro lado están todos los demás. Y las vidas de los
que estamos en un lado o en otro no valen lo mismo, no importan lo mismo y no
se las trata con la misma deferencia. Y es que mientras seas miembro de la OTAN
o uno de sus amigos, puedes hacer casi lo que te dé la gana con las vidas de la
gente de tu territorio, que la “comunidad internacional” va a hacer oídos
sordos, porque dios nos libre de criticar a un aliado. Por eso EEUU está
militarizando la policía para intentar frenar la ola de protestas que se le
viene encima mientras recorta derechos fundamentales, o Turquía está intentando
llevar a cabo un genocidio contra los Kurdos, o España ha vendido del todo a
los saharauis, muchos de ellos con nacionalidad española o descendientes de
personas con nacionalidad española. Y no importa, son apenas notas al pie de
página de otras noticias.

Eso sí, no te atrevas a ser un país opuesto a la OTAN y
cometer una atrocidad, porque entonces la “comunidad internacional” se rasga
las vestiduras y empieza a imponer sanciones a diestro y siniestro, muchas
veces obviando que sus miembros y, sobre todo, EEUU hacen cosas similares. ¿Los
“campos de reeducación” de Uigures chinos? Una absoluta atrocidad. ¿Qué EEUU
tenga la población carcelaria más grande del planeta en régimen de esclavitud y
gestionada por empresas privadas? Ahí ya no hay problema. ¿Rusia invade Ucrania
para defender sus intereses estratégicos? Una violación del orden internacional
¿EEUU hace lo mismo en Afganistán? Una misión de paz. Y dios me libre de
defender a China o a Rusia, que de hecho considero igual de terribles y
asesinas que a EEUU, pero no por ello voy a negar que existe una clarísima
campaña de propaganda a favor de los países de la OTAN y en contra de los
demás.

Y al final quienes pagan todos los platos son los mismos de
siempre. Los que no están en el bando correcto de la historia, es decir, en el
bando con recursos suficientes para pagar un trato humano. Los que ven desde la
barrera el mundo que se ha creado para nosotros a expensas de ellos y sienten
la injusticia. Los que no tienen otra alternativa que irse a buscar una vida
mejor. Las personas de segunda, cuyas vías importan menos y cuyas muertes son
una nota a pie de página en los periódicos.