Romance del Raposo

Durante estas últimas semanas he estado leyendo poesía. Es decir, ya leía poesía de antes, pero estas últimas semanas me he puesto a hacerlo casi en exclusiva. Y me he puesto a hacerlo porque quería empezar a escribir poesía. Ya lo había intentado alguna vez, pero nunca me había gustado demasiado el resultado. Como suelo hacer, quise reinventar la rueda sin siquiera entender cómo funcionaba y me salió algo bastante lamentable. Ahora he decidido tomármelo con más calma, de una forma más metódica. Esto significa que quiero intentar aprender copiando a otros hasta encontrar el estilo con el que me siento cómodo.

No hay demasiados poetas por los que podría haber empezado, primero porque aunque me gusta leer poesía me cuesta hacer que resuene en mí y segundo porque lo lógico es empezar por las formas más sencillas de poesía. Tengo todo lo que estudié en el instituto al respecto bastante oxidado y he tenido que reconstruirlo poco a poco, pero a base de prueba y error y de leer bastante, he llegado a dos conclusiones:

  1. No me gusta la poesía en verso largo
  2. El romance es la mejor forma de escribir poesía o al menos de empezar a hacerlo
Todo esto nos lleva, al menos en este país y en esta lengua, a dos apellidos: García Lorca y, más concretamente, a su Romance de la Guardia Civil. Y es que de entre todo lo que yo he leído, no conozco a nadie que se acerque siquiera a manejar el lenguaje como Lorca, uniendo sencillez y significado de una forma tan indisoluble que es imposible expresar lo mismo con menos palabras o al menos eso me parece a mí.

Creo que no cuesta encontrar en mi Romance del Raposo las influencias de Lorca, desde la temática (aunque la he adaptado un poco a algo que me es más conocido), la rima (es e-a asonante, igual que en el Romance de la Guardia Civil), algunas manías líricas e incluso algunas expresiones. He mezclado también en estos versos algo de Miguel Hernández, porque me gusta su forma de hacer poesía y porque la temática también le pega, e incluso he copiado cosas que me interesaban como expresiones completas. Y, seguramente, también haya otras muchas influencias que no sé identificar.

En cuanto al tema, como ya he dicho, es lorquiano: una tragedia rural. La historia es completamente inventada y quizá por eso peque un poco de sencillez. Los nombres que aparecen son nombres que me vinieron a la cabeza escribiendo el poema y en ningún caso representan personas reales, aunque su origen esté en ellas.

El resultado me agrada lo suficiente como para compartirlo públicamente, pese a que cada vez que lo leo veo en él defectos. Creo que cumple su objetivo de ser una copia-homenaje. Su longitud ha hecho que me sirviera de práctica intensiva sobre cómo escribir poesía, las cosas que me gustan y las que no, pero a la vez el proceso ha sido tan atropellado (lo escribí en una mañana) que no me siento particularmente apegado a él emocionalmente, con lo que me siento cómodo exponiéndolo al mundo.

Sin más, aquí está:

 

Romance del Raposo 

 

Encontraron al Raposo

muerto en la carretera

la boca contra los cardos

salvajes de la cuneta.

Los ojos lloraban sangre

en una súplica ciega,

sangraba también el vientre

abierto por la herramienta

que usaron para dejarle

muerto sobre tierra yerma.

 

Ya vinieron los de verde

y acordonaron la escena.

Avisan a poca gente

pa no levantar sospechas,

porque saben bien que ha muerto

asesinado en la era:

que medió mano de humano

que no fue la primavera

que quien lo hizo lo hizo

con la cara descubierta 

 

Están llorando al Raposo

su madre, hermano y parienta.

Entre ellos se consuelan

pero acentúa la pena

que no saben por qué ha muerto

no tienen clara la ofensa.

Solo saben que su sangre

descansa sobre las piedras

que con esfuerzo arrancaba

allanando así la tierra.

 

El Raposo ya está muerto

esa es cuestión de fuerza

a buscar a su verdugo

los del tricornio se aprestan.

Su familia les ayuda

pero está sola en la empresa,

el Raposo era querido

pero eso no abre puertas

ni labios ni corazones

de esta gente que es tan seca.

 

Pregunten a la Natalia

– les dice al fin una vieja-

que el Raposo y esa andaban

de novios y de pareja.

A Natalia por su parte

lo que la anciana dijera

poco más que poco menos

le parece una vergüenza,

que ella no fue del Raposo 

más que amiga pasajera

 

Hablen con el de la Lauren

que ese si es buena pieza

– les vuelve a decir la anciana

tras su ventana de reja –

y si no con el alcalde

que ese tiene una escopeta.

No nos estará mintiendo

– responde la Benemérita.

Yo solo digo verdades

vaya usted y lo comprueba

 

Ya van los guardias civiles

a comprobar la leyenda

no sean al fin y al cabo

delirios de la viejera.

Por la plaza están pasando

cuando de la concurrencia

se presenta ante ellos

un hombre color canela

que les tira de la ropa

que se  agarra a su pechera

 

Le maté porque quería

un trozo de mi parcela

Hoy un hombre no respira

por un puñado de arena.

Quien así habla es el hijo

mayor de la panadera

Amigo desde la infancia

de a quien la muerte sirviera

Su nombre ha de ser Rodrigo

por Sapo le conocieran.

 

¿Como lo hiciste maldito?

¿Como regaste la adelfa

con la sangre del Raposo

que era de tu misma cuerda?

Lo hice porque de hacerlo

el corazón me pidiera,

en un momento de rabia

le maté con la tijera.

Y sin mediar más palabra

salió corriendo, gacela

 

Lo encontraron a los días

colgando de una higuera.

Que no soportó su mente

el peso de lo que hiciera.

Entre gritos de asesino

le descolgaron de aquella

y no quiso su familia 

que su apellido tuviera

porque ha manchado con sangre

sus manos y su cabeza.

 

Ambos subieron tumbados

por el camino que lleva

torcido al camposanto

a la sombra de la iglesia.

El Raposo acompañado 

por comitiva longeva.

El Sapo por asesino

sin cura ni plañidera,

con una flor solitaria

posada sobre su oreja.

 

Quiso el destino que ambos

se enterraran a la vera

uno del otro mirando

siempre hacia la ladera.

Y así verdugo y muerto

encontraron en la tierra

lo que inició la disputa

y lo que acabó con ella.

Que traiga la sepultura

la paz que todos quisieran.