Con el tiempo he empezado y cogido el gusto a ver series.
Hace unos años (cuando más de moda estaban con la locura que fue Juego de
Tronos en su momento) decía que eso no era para mí, que eran inversiones de
tiempo demasiado exageradas y que prefería utilizar ese tiempo en leer libros.
Bueno, lo de leer no ha cambiado, porque me sigue gustando mucho, pero he
dejado en parte de ser idiota y me he puesto al día con algunas de las series
más famosas y con otras que no lo eran tanto pero cuya trama me llamaba. He
entendido el disfrute que puede salir de seguir una serie durante cinco
temporadas, o lo mucho más flexible que es el medio respecto a una película de
dos o tres horas. Y sobre todo he aprendido lo mucho mejor que se ven cuando tú
mismo puedes marcarte el ritmo, en lugar de tener que esperar a la semana
siguiente para verlo en la televisión. Y de todas las series que he visto,
ninguna es tan buena serie como Twin Peaks.
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El cartel de apertura de la serie |
Que no se me entienda mal: hay series mejor actuadas, mejor
producidas, mejor filmadas e incluso alguna con mejor atmósfera que Twin Peaks,
pero ninguna entiende tan bien el concepto de serie y lo explota tanto. Porque
Twin Peaks es una locura de principio a fin, una locura porque sus creadores
están medios idos de la cabeza y una locura porque tuvo muchos problemas de
producción y eso llevó a que en la segunda temporada se resintieran muchas de
las tramas y hubiera muchos capítulos que no aportan absolutamente nada.
Aunque, extrañamente, eso le añade a todo el asunto. Porque Twin Peaks es una
serie que busca fundamentalmente estudiar el concepto de serie y llevarlo por
unos caminos por los que no suele ir, y eso tiene que tener en cuenta todo lo
que es exterior a la propia serie pero de la que esta depende, como por ejemplo
que el estudio te obligue a revelar quién es el asesino cuando tu intención era
no hacerlo en ningún momento, o que cada capítulo tenga un director distinto y
que la mayoría no sepan qué intención tenían los creadores originales.
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David Lynch |
La primera temporada de la serie es bastante buena, de lo
mejor que yo he visto, aunque son solo ocho capítulos y el concepto se aleja lo
suficiente de una serie policiaca normal como para que sus audiencias puedan
solaparse al cien por cien, ya que añade muchas cosas surrealistas que parece
que aparecen de ninguna parte y no tienen sentido alguno (y en muchos casos así
es, es lo que tiene el surrealismo). La segunda peca de ser demasiado larga y
de ser donde aparecieron los problemas de producción. La película que sirvió de
cierre durante veinticinco años es una locura que no da absolutamente ninguna
respuesta. La tercera temporada, que se esperó durante esos veinticinco años en
los que no había más que preguntas sin respuesta, solo sirve para dejar aún más
cosas abiertas. Porque Twin Peaks no está interesada en dar ninguna respuesta
mientras pueda evitarlo. Porque el surrealismo y la locura se mezclan con una
serie policiaca que intenta además ser un estudio de serie para dar algo que
cuesta comprender, pero que atrapa como una red de pesca.
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Mark Frost, el otro creador del que nadie se acuerda |
Y es que mucho se ha hablado y escrito de Twin Peaks, y
mucho de ello lo ha hecho gente que ha estudiado mucho más en profundidad el
material que yo y que se ha preparado mucho más tiempo, pero es que yo hablo
como un mero espectador y desde ahí es desde donde quiero hablar. Y Twin Peaks
tiene todo lo que alguien con la mente un poquito abierta puede desear sobre
una serie, y sobre todo, tiene un magnetismo propio que cuesta mucho encontrar
en otro sitio. Porque lo que más recuerdo decir mientras la veía es que era
todo muy raro y que no me enteraba de nada, pero aun así buscaba el siguiente
capítulo con todo mi interés, porque la serie se lo gana. Te atrapa en su
locura y no puedes más que pensar una y otra vez sobre qué significará algo en
particular, hasta que ves un vídeo de alguien hablando de ello y resulta que su
idea es diametralmente opuesta o hasta que buscas información sobre ello y te
das cuenta que nadie le da la importancia que tú le das porque se han centrado
en otras cosas. Porque Twin Peaks puede tener muchas cosas interesantes y de
las que merece la pena hablar, pero la forma en la que te presenta y luego
deshecha detalles es lo que te hace querer más.
Si estás buscando una serie que ver y no te asustan las
cosas un poco raras, aquí tienes una muy buena recomendación, porque puede
verse con toda la inversión mental que quieras, tanto como una cosa de dejar de
fondo mientras miras el móvil como algo con lo que obsesionarte hasta el
absurdo, porque cada cual recibe de ella exactamente lo que busca.